que el mundo pase por ti

soy una arrogante «Viejo Mundo» y no sé si ser levemente consciente de ello me redime algo… aunque voy de abierta por la vida, estoy descubriendo que, en realidad, soy bastante estrecha de mente. últimamente, en mi cabeza, el mundo se divide entre «nosotros» (los españoles, los europeos) y «ellos» (los argentinos, los sudamericanos); y cada vez que, hablando aquí, me llenan la boca afirmaciones que empiezan con «nosotros», «vosotros» o «en España», siento como mis estructuras mentales se tambalean, me pongo mala a mí misma y me comienzan a subir los colores. y no me sirve de nada que os diga que lo que mejor describe lo que siento por los argentinos en este momento es «admiración», porque eso implica también dos niveles diferentes.
y, después de todo, pese a que mi subconsciente sea absurdo, sé que todos estamos en el mismo planeta; que cada uno se enfrenta a él con su circunstancia (esto es lo único que sé de Ortega y Gasset) y que un pueblo no es sino la suma de las extraordinarias personas que lo forman.
por eso, a partir de ahora, intentaré no ser tan «europea» y convertirme en esa ciudadana del mundo que me gusta decir que soy. o quizá solo debería dejar de ser tan analítica. ¡qué demonios! esta ciudad me hace sentir feliz, ¿qué más da dónde está, de dónde vengo o cómo he llegado hasta aquí?

(foto de jojo filer-cooper).