hoy termina el mes de enero: solo queda mes y medio para la boda.
te escribo rodeada de guías de viaje y mapas, el aire huele a expectación y suena bossa nova en mis oídos. intento elegir la luna de miel perfecta. él no me ha puesto límites: los Fiordos, Sydney, Bangkok, Río… el mundo a mis pies y yo no sé adónde ir. lo más cercano –Europa– es, sin embargo, la ruta de nuestros sueños (tuyos y míos). las veces que nos pintamos en lo alto de la torre Eiffel, en Piazza di Spagna, comiendo chocolate en Suiza, perdidos en la Selva Negra… siempre exóticos, siempre curiosos, siempre juntos. y ahora no hay playa que me atraiga, montaña que me llame, mar que me arrulle, cielo que me haga sonreír. la luz me falta, me sobra, nunca es como allí, como contigo.
pero soy feliz, te lo aseguro: como rana en charco. solo es preciso reducir las posibilidades. Europa ha quedado descartada, el Cono Sur trae demasiados recuerdos, Estados Unidos nunca me atrajo y en Rusia hace demasiado frío. quedan las Antípodas y África. medio mundo aún: encontraré un lugar al que ir. ¿tendrán parques de atracciones en Ciudad del Cabo? bromeo. además, allí las montañas serán sudafricanas, ¿no? llegado este punto, creo que necesito un trago que me impida hacer más chistes malos.
por cierto, enhorabuena por tu libro. Risas en la cama. suena lindo. quizá, por fin, puedas dejar la vida de oficina. tus compañeros te echarán de menos: la locura se extraña. ¿qué será de ellos sin los conciertos de maullidos que me improvisabas al teléfono? las miradas vacías que, seguro, les sigues echando cuando esperan que trabajes más allá de tu hora de salida. tus cafés con dulce… tantas cosas que aún recuerdo.
encontré mi traje de novia. me casaré de color champán: muy apropiado. con zapatos azules. sin flores. y sin ti. las escenas de aeropuertos y los golpes de suerte son giros argumentales sin poder en la vida real. aquí, el oficiante no dice aquello de: «si alguien conoce una razón para que esta pareja no se una, que la diga ahora o calle para siempre». callar es la única opción. razones quizás haya miles, pero quedarán todas ahogadas en el fulgor del momento. tu otoño me verá esposa y feliz.
déjame perderme en mi nueva realidad.
iremos de luna de miel a Japón.
Ágatha
p.s.: puede que los dos hayamos sido ya el mejor yo que nunca será.
(imagen).