he descubierto un nuevo entretenimiento {a mí que me faltan}: leer las notas que Diane Vreeland enviaba a sus colaboradores.
dictadas desde el baño de su oficina, de paredes rojas y moqueta estampada de leopardo {para calmarse no era}, sus secretarias mecanografiaban estas notas en papel cebolla. la reina de la excendricidad, que dijo aquello de: «La exageración es mi única realidad», usaba estas notas para recomendar a sus editoras y fotógrafas a crear imágenes que no se pudiesen encontrar en la calle.
este de los lacitos me encanta, la verdad.
centrémonos: nadie los llevaba como Chanel.
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