El otro día vi un documental sobre Marlon Brando. Entre otras muchas cosas (¡qué vida la de este hombre!), contaban una anécdota sobre la famosa escena de «el horror» en Apocalypse Now (1979). Resulta que Brando ya había acabado las tres semanas de trabajo (a millón de dólares cada una) para las que le habían contratado, cuando a Francis Ford Coppola se le ocurrió rodar la famosa frase y mandó a buscar al actor, diciendo que no le llevaría más de una hora de trabajo.
Brando se prestó a colaborar, pero razonando que eso le llevaría un día más en el proyecto, pidió que le pagasen su tarifa de 75 000 USD. Los productores consideraron un abuso el precio y procuraron convencerle de que hiciese el trabajo como un favor: «Total, ¿cuánto te va a llevar? ¿Diez minutos?».
Y ahora viene la respuesta que quisiera poder dar cada vez que oigo esa frase (aunque por cantidades de dinero mucho menores, claro): «¿A ustedes se les ocurriría pedirle un favor de 75 000 USD al presidente de General Motors, por ejemplo? Pues mi negocio soy yo. Yo gestiono un negocio que se llama Marlon Brando».
Tal como están las cosas, no viene mal recordar que somos los directores generales de nuestra labor de autónomos y que nuestro trabajo merece el respeto de que no lo llamen favor. Lo siguiente es conseguir que nos paguen 7700 EUR/hora.
(imagen: Brando también trabajaba en pijama).
p.s. de mi antiguo blog "aquí se traduce".
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