siempre se puede aprender algo traduciendo: ayer descubrí el «café blanco» libanés, que consiste, en realidad, en agua hirviendo con unas gotitas de agua de azahar y azúcar o miel al gusto. para lo insípido que suena, está francamente bueno y, además, ¡resulta muy digestivo!
2 comentarios:
tu trabajo debe der ser fascinante, te lo dice una intérprete "casi" frustrada... un besote
Estoy fascinada contigo, me encanta todo lo que nos descubres.
Gracias.
Un abrazo
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