porque, como decía Joseph Conrad, «de todos los libros creados desde tiempos remotos por el talento y la industria humanos, solo los que tratan de la cocina escapan, desde un punto de vista moral, a toda sospecha. Podemos debatir, y hasta desconfiar, de la intención de todos los demás pasajes en prosa, pero el propósito de un libro de cocina es único e inconfundible. Es inconcebible que su objetivo sea otro que acrecentar la dicha de la humanidad»; quizá por eso, adoro los libros de cocina y sobre cocina.
si a eso añadimos un señor que me cae bien, aunque solo sea porque parece que es él quien, de verdad, escribe sus textos, como es David de Jorge; pues nos queda un libro absolutamente recomendable, eso sí, para leer con el estómago bien lleno (si no, se pasa un hambre… :o).
Con la cocina no se juega es una colección de artículos cortos sobre comida, cocineros, restaurantes, más comida, más restaurantes y lo que tienes que comer en cada uno de ellos.
con pasajes tan jugosos como este sobre Philippe Starck, su adicción al chocolate y sus incursiones nocturnas para paladearlo:
Sientes el mordisco y, seguido, un electroshock en tus labios, mil estiletes punzantes y amargos se clavan bajo tu lengua, y a su paso, a través de tu boca, paladeas un universo y medio de mil matices ahumados, acres, notas golosas, olores de islas remotas, cueros, fuego intenso, perfumes de lejanas tierras que, en forma de gruesas astillas de canela o vainilla, atraviesan desiertos y llanuras desde remotos puertos, surcando mares y océanos hasta llegar a tu estómago de diseñador feliz y goloso.
Bebes un vaso de leche muy fría y corres a tu cama.
o esta gran verdad sobre la comida:
Lo último que pierden los pueblos conquistados y sometidos, según dicta la historia, son sus hábitos alimentarios; olvidan su lengua, los altares y dioses ante los que rinden cuentas y pierden tierras, pero llevan consigo paladar y olfato que les permite perdurar contra viento y marea. Hoy día somos individuos integrados en comunidades avanzadas y se nos deshace en las manos la cultura alimentaria que antaño otros pueblos conservaron incluso librando horribles batallas. ¿Qué es tan poderoso que puede desmoronar un aspecto cultural e identitario tan fuerte? ¿Peligra el olfato del vino?
[…]
Defendamos nuestras propias señas de identidad comiendo y bebiendo con sensatez y compromiso.
¡brindo por ello! y, de propina, os recomiendo encarecidamente que leáis este libro y disfrutéis de él como lo haríais de un buen bocado: con calma y relamiéndoos.
dicho lo cual, voy a ver si me preparo algo de comer, que no os cuento el hambre que he hecho… :o)
(imagen).
3 comentarios:
Hija...qué va a ser de mi? Esq era lo q me faltaba, ahora libros de cocina tb!
Este lo apunto...libro de sobre cocina!!!!
Soy fan de David de Jorge y de su Robin Food. Me encanta.
Besos.
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