el teatro te da brillo en la mirada. y no aburre nunca.
bueno, eso es mentira: a veces, sí que aburre. pero hasta el mal teatro hace que te brillen los ojos, aunque sea de indignación. y siempre tendréis algo de que hablar mal… que siempre relaja mucho.
id al teatro: no puedo decirlo más claro.
podría citaros a Artaud («necesitamos el teatro porque necesitamos enfrentarnos con nuestra propia realidad, viviendo una experiencia catártica») o a Victor Hugo («habría que multiplicar […] los refugios donde se medita, donde se instruye, donde uno se recoge, donde uno aprende alguna cosa, donde uno se hace mejor»), pero ¡qué demonios! aquí no somos tan cultos :o) y para decir algo más ingenioso o, simplemente, precioso, tenemos a miss marple, así que solo voy a recomendaros que vayáis a ver teatro. no que vayáis a un teatro (que los monólogos y el cabaré están muy bien, pero no deben ser lo único), sino que vayáis a ver teatro: drama, comedia, absurdo o infantil.
y acostumbrad a vuestros hijos a ir también. porque:
y nadie debería privarles de eso.
¿os he convencido?
(foto de los maravillosos 300 pistolas).
3 comentarios:
Yo estoy deseando que bruno tenga una edad aceptable como para ir. por ahora, vamos a las sesiones de bebecuentos de las bibliotecas públicas, y ya me parecen una maravilla.
¿qué edad tiene, Isabel? en Murcia hay teatro incluso para bebés, pero a mis sobris (real y postiza) los llevamos al teatro desde que tenían dos años y lo aguantan superbien.
Brunín tiene dieciséis meses, aún le queda... Pero tiene que ser una gozada ver a esos niños en un teatro!
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