después de un 2024 en el que el guionista surrealista de nuestra vida se volvió loco, no esperaba yo de 2025 casi nada. en cambio, ha sido un año duro, pero más bien positivo diría yo. así, como resumen, podríamos decir:
cambios de vida: 1. visitas a Londres: 1 (en un hotel fantástico, con una cena de lujo). viajes intercontinentales: 1 (bendito Chile, qué bien nos has hecho). viajes reparadores a Lanzarote: 1. viajes continentales en Europa: 2 a Italia, 1 a Noruega, 1 a Atenas. apagón: 1. fumata bianca: 1. vacaciones en Cadaqués: las correspondientes. nuevas amistades: 2. descubrimientos interesantes: un montón. dramas: todos los que he podido, soy una intensa, ¿qué le vamos a hacer?
pero, en fin, este blog sigue siendo mi forma de gritarle al mundo mis dramas y mi lugar feliz. en cuanto a los propósitos que tenía para este año, se me ha olvidado elegir no sufrir, no he sido todo lo Cruella-punk que podía, he leído poco y he comprado demasiados libros. sigo sin escribir, pero hice muchas sopas y, eso sí, he intentado disfrutar de las pequeñas y de las grandes cosas todas las semanas del año. siempre haciendo el mejor trabajo que podía.
y ahora, 2026, a ver cómo te portas.
¿tengo propósitos para este nuevo año? por supuesto.
quiero ser cada vez más punk, leer más, seguir comiendo sopas y hacer de mi casa un lugar único.
y vosotros, ¿tenéis alguno? ¿me los contáis?
sea como sea, os deseo un 2026 con mollete y mucha mantequilla.
y espero que sigáis acompañándome.


No hay comentarios:
Publicar un comentario