este perfume es el que más gente en mi vida ha relacionado conmigo, o con el que me ha relacionado más gente... fue el único que usé durante años y aún, cuando me lo pongo de vez en cuando (sobre todo, en verano), soy más yo que nunca. adoro su frescura, su originalidad (en la época, fue un bombazo que cambió el mundo de los perfumes, junto con el CK One de Calvin Klein).
más tarde, ya sabéis, me decanté por Opium. pero soy una persona muy infiel a su perfume. o tal vez soy poliamorosa perfumil. el caso es que hay aromas de invierno de los que no puedo separarme: la canela, por ejemplo.
cuál no sería mi sorpresa, os diré, cuando al comprar Sun de Jil Sander descubrí que todos estos perfumes (no Opium, pero sí los demás de esta entrada) son obra de la misma nariz: Pierre Bourdon. anonadada me quedé, nénettes. y, por supuesto, Pierre Bourdon se convirtió en uno de esos héroes míos que no llevan capa, pero salvan la cordura cuando el sol empieza sus recorridos más cortos por nuestro hemisferio. ¿a quién no le hace falta uno?
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