jueves, 26 de marzo de 2015

qué hace una chica como tú en un sitio como este



yo no iba a escribir hoy, 
pero es que acabo de tener una epifanía y me apetecía contárosla.

uno de mis compañeros de despacho tiene puesto a todo volumen Loquillo para alegrarnos la mañana y, bueno, aparte de la ola de nostalgia y recuerdos que está a punto de ahogarnos… me he puesto a escuchar las letras y me he dado cuenta de algo muy importante.

tuve (como muchos de los que me leéis, supongo) una adolescencia afortunada, en la que escuchar a Loquillo, Los Rebeldes y hasta Extremoduro (no voy a entrar en Soziedad Alkoholika, Kortatu, Negu Gorriak y otros) era marca de modernidad y estaba bien visto. cantábamos letras como «hace un momento que me ha dejado aquí, en la ladera del Tibidabo, la última rubia que vino a probar el asiento de atrás» o «cuando me llene el cuerpo de anfetas y de alcohol, querré alguien a mi lado que me recoja al caer» mucho antes de saber qué probaba exactamente la rubia o lo que eran las anfetas. nos enteramos de lo que era la mescalina por una canción supermarchosa y «me emborrachaba entre sus brazos, ella nunca bebía, ni la vi llorando» nos parecía romántico.

y, míranos, tampoco es que hayamos salido heroinómanos, asesinos en serie ni maltratadores todos. mucho menos, de hecho, de lo que podría parecer.

y lo digo porque me da un poco de rabia que ahora no podamos cantar estas cosas sin parecer escandalosos, que se prohíban canciones porque incitan a la violencia machista (¿cuándo van a prohibirnos a Wagner? ¿o los tangos?) o que no podamos reírnos de nuestra sombra porque es políticamente incorrecto. ¡qué demonios! más Bowie y menos soft pop, más rock y menos hipocresía. ¡ah! y no soy rubia, pero todavía tengo edad de probar el asiento de atrás de un Cadillac, así que, ya sabéis: interesados, mi dirección está en el sobrecito de la columna derecha. lo más sería el Cadillac rosa de Clint Eastwood, pero tampoco me voy a poner estupenda cuando una ha sido muy viajera en un Seat 127 sin cinturones de seguridad y con mapas de la posguerra para ir de excursión por carreteras secundarias.

sí que me he puesto nostálgica, sí.
en fin, juventud, decidme que aún hay canciones como estas. plis.

(foto de Annie Leibovitz).

5 comentarios:

Isthar dijo...

Sobre un vidrio mojado, en la calle del olvido, me asomo a la ventana, una chica de ayer atraviesa el tiempo sin documentos.
A ti no te dan ganas de volver a ver "el otro lado de la cama"?
Besos

ro dijo...

Yo a veces escucho las letras de canciones de antes (hace unos días me pasó precisamente con Loquillo y ese La materé) y me doy cuenta de que nos hemos vuelto muy tontos con lo políticamente correcto. No te digo nada si escuchas a Siniestro total o cualquier otro, letras que hoy en día serían imposibles.

Besos.

itziar dijo...

Ishtar, sí que dan ganas, sí :o)
ro, ¡me alegro de no ser la única!
besos, chicas

Anónimo dijo...

casualidad.. ayer me desperté con el cadillac solitario en la radio! cierto lo de la letra

cristina

Feiticeira dijo...

Mientras las sigamos escuchando...

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