así mismamente me sentía yo ayer porque…
¡salvé un pajarito! sí, lo sé, no es gran cosa. pero yo me siento muy orgullosa y quiero contároslo por si alguna vez podéis hacer lo mismo.
esto es un vencejo, señores.
ayer uno se golpeó contra la ventana de mi estudio, cayó en mi balcón y allí se quedó el pobre, aleteando en el suelo, sin remontar el vuelo. me daba tanta pena… pero yo soy una nulidad con estas cosas. así que llamé al gran superhéroe de toda hija (su padre) y le conté que tenía en el balcón un pajarito que no podía volar, y que no sabía qué hacer. «¿cómo es?», me dijo él muy profesional. se lo describí. «eso es un vencejo», contestó sin ningún tipo de duda. y me contó lo que podéis leer también en el enlace a su nombre: que sus patas son tan cortas y débiles que, cuando caen al suelo, son incapaces de remontar el vuelo y pueden llegar a morir. así que lo que hay que hacer si caen por accidente es cogerlos y colocarlos en un lugar desde el que puedan impulsarse (la barandilla del balcón, un alféizar…). el que yo recogí voló desde mi mano, sin más. y yo me sentí feliz y heroica como si hubiese salvado una gran vida. cosa que, si lo pensamos bien, sí que hice, ¿no?
gracias, papá, por seguir siendo la persona a la que acudir. y, vosotros, ya sabéis: si encontráis un pájaro negro, de patitas cortas y largas alas, aleteando en el suelo sin poder volar, cogedlo y dadle una oportunidad. sienta bien ;o)
(primera imagen encontrada en la página de Supernatural Superserio).
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