Suelo bromear con mi padre sobre la suerte que tiene de que no me dedique a la otra «profesión más vieja del mundo». Aunque creo que el chiste me hace más gracia que a él, es cierto: el de traductor tiene que ser un oficio con muchos siglos.
En la foto podéis ver la representación gráfica más antigua conocida de un intérprete (o, de hecho, de cualquier tipo de traductor) trabajando. Se trata de una esquinita de un friso enorme de la tumba del faraón Horemheb, en Saqqara (Menfis), a las afueras de El Cairo. Data de aprox. 1330 a. C. Hoy el friso se encuentra en el Museo Nacional de Antigüedades de Leiden (Países Bajos). El intérprete está ingeniosamente «animado» mediante el recurso de una doble figura, vuelta a derecha e izquierda a la vez, como si hablase alternativamente a dos personas.Desde luego, no es algo que me vaya a salvar la vida, pero me gustaría visitar el museo para conocer a este personaje.
Quizás algún día.
(encontré la imagen en un interesante blog sobre intérpretes «naturales»).
p.s. de mi antiguo blog "aquí se traduce".