millones de cosas que hacer…

últimamente siento que el tiempo se me escapa como arena entre los dedos. no soy nada productiva, pero estoy todo el día ocupada y mi humor tiene la pinta del globo de ahí arriba. ¿os pasa a veces?
hace una semana, Joanna Goddard escribía sobre un artículo en el que, como solución a este agobio existencial, se recomendaba un cambio de lenguaje: decir «no es una prioridad» en vez de «no tengo tiempo». aunque resulta una buena explicación de por qué no hacemos las cosas --«tengo tiempo para planchar, lo que pasa es que no quiero hacerlo»--, a mí me falta tiempo incluso para lo que sí priorizo: si hace millones de años que no comento en vuestros blogs o que no contesto a vuestros comentarios, podéis estar seguros de que no es porque no quiera.
si cambiar nuestro lenguaje puede recordarnos que nosotros elegimos cómo ocupar nuestro tiempo, a veces la opción para poder hacerlo todo es delegar. por eso, queridos míos, durante las dos próximas semanas, en vidas de mercurio, mientras yo preparo un viaje y unas cortas vacaciones (para lo que les he pedido ayuda) podréis disfrutar del talento de otras plumas. espero que os gusten sus aportaciones.
mañana, todavía nos vemos por aquí.
xo

(imagen de Nancy Fouts).