Desde que descubrí el método de los flujos de 30 min que se ha dado en llamar la «técnica Pomodoro (del tomate)», desarrollada hace unos veinte años por Francesco Cirillo, la he aplicado en las épocas en que he encontrado dificultades para centrar mi atención.
El método, en mi versión simplificada, supone trabajar en una tarea durante 25 min seguidos, sin distracciones de ningún tipo (ni comprobar el correo, ni preparar un café, ni ir al baño, ni ninguna de esas «urgencias» en las que nos hemos perfeccionado desde nuestros tiempos de estudiantes), descansar 5 min y repetir el ciclo otras tres veces. Al terminar los cuatro ciclos (que corresponderían a 2 h de trabajo), el descanso se alarga hasta la media hora.
Aunque la técnica original recibe su nombre de los temporizadores de cocina en forma de tomate, «los tiempos adelantan que es una barbaridad» (como dice la zarzuela) y hoy existen versiones de software para estimular, con su tictac, la creatividad y la productividad del cerebro.
Yo, en concreto, prefiero una versión en línea, focus booster, que me da muy buenos resultados.
Mientras tenga días de esos en los que mi mente está en todas partes menos en el texto que tengo delante, este será mi método para volver al redil. Y, si lo pruebas, me encantará saber lo que opinas de él.
(imagen).
p.s. de mi antiguo blog "aquí se traduce".
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