sabéis ya que me gustan los jabones y que tengo debilidad por la marca griega korres. pero hoy no vengo a hablaros de ella, sino de otra marca que acabo de conocer y que me parece una invitación insolente al lujo y el despilfarro: ena karo {que se llame «un carro» es una cosa deliciosa}.
no sé aún cómo olerán los jabones {no os preocupéis: eso se soluciona}, pero no se puede negar que son estéticos a más no poder. sobre todo, estos que parecen cantos rodados:
en fin, que así no se puede vivir tranquila en la vida y sin pecar. ahí lo dejo.
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