cuidar perros ajenos.
hay personas de gatos y personas de perros. siempre he pensado que las personas de gatos son más felices y las personas de perros más sufridoras. no sé si es verdad. yo soy de perros y no me gusta sufrir, así que...
en fin, la cuestión es que, ya sabéis, no tengo perro, aunque no es porque no quiera {es que no consigo que me dejen tener uno, jijiji}. lo que viene a querer decir que, como tengo una vida bastante movida y complicada, cuidar de un perro propio sería un poco difícil. ¿cómo compenso? soy una canguro de perros dispuesta y maravillosa. sí, es cierto: no tengo abuela...
no sé si serán los mejores amigos del hombre, pero de esta mujer son el amor verdadero. uno, al menos. hacen compañía, dan mimos, te sacan a pasear y sientan mejor que cualquier vestido. uno de mis hedonismos favoritos en verano es llevar a un perro amigo a desayunar a una plaza, en fin de semana, mientras leemos el periódico, y luego ir a pasear por un lugar con buen aire. {no me harán confesar jamás que haya ido yo nunca a El Corte Inglés a pasear a un perro: nunca}.
poco más se puede decir de un amor verdadero como estos, salvo que lo que más adoro de ellos es lo que no le aguantaría a un novio. que, en cuanto te despiertas, venga a saludarte con el entusiasmo de toda una vida sin verte, que te reciba en casa como si fuese día de fiesta, que te siga a todas partes como si fueses el culmen de toda una vida, que quiera tus mimos y te los de a todas horas. mirad, siempre lo pienso, si un novio me hiciese algo así... lo manda a freír vientos. :D
y vosotros, ¿sois más de perros o de gatos? ¿y sois canguros de ellos? me pica la curiosidad.
(foto del libro Faces, de Vita Sackville-West, un libro de retratos dedicado al mejor amigo de la mujer).