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martes, 26 de julio de 2022

amigos caninos



cuidar perros ajenos.

hay personas de gatos y personas de perros. siempre he pensado que las personas de gatos son más felices y las personas de perros más sufridoras. no sé si es verdad. yo soy de perros y no me gusta sufrir, así que... 

en fin, la cuestión es que, ya sabéis, no tengo perro, aunque no es porque no quiera {es que no consigo que me dejen tener uno, jijiji}. lo que viene a querer decir que, como tengo una vida bastante movida y complicada, cuidar de un perro propio sería un poco difícil. ¿cómo compenso? soy una canguro de perros dispuesta y maravillosa. sí, es cierto: no tengo abuela...

no sé si serán los mejores amigos del hombre, pero de esta mujer son el amor verdadero. uno, al menos. hacen compañía, dan mimos, te sacan a pasear y sientan mejor que cualquier vestido. uno de mis hedonismos favoritos en verano es llevar a un perro amigo a desayunar a una plaza, en fin de semana, mientras leemos el periódico, y luego ir a pasear por un lugar con buen aire. {no me harán confesar jamás que haya ido yo nunca a El Corte Inglés a pasear a un perro: nunca}. 

poco más se puede decir de un amor verdadero como estos, salvo que lo que más adoro de ellos es lo que no le aguantaría a un novio. que, en cuanto te despiertas, venga a saludarte con el entusiasmo de toda una vida sin verte, que te reciba en casa como si fuese día de fiesta, que te siga a todas partes como si fueses el culmen de toda una vida, que quiera tus mimos y te los de a todas horas. mirad, siempre lo pienso, si un novio me hiciese algo así... lo manda a freír vientos. :D

y vosotros, ¿sois más de perros o de gatos? ¿y sois canguros de ellos? me pica la curiosidad.  

(foto del libro Faces, de Vita Sackville-West, un libro de retratos dedicado al mejor amigo de la mujer).

martes, 19 de julio de 2022

la gran pantalla

 
cine de verano.

adoro el cine. o sea, soy cinéfaga, pero también amante del lugar, el rito, las palomitas y tomarte una cerveza mirando una película y, por supuesto, la calefacción y el aire acondicionado. pero los cines que más me gustan son los de verano. 

por muchas razones. la obvia de poder sentarte al fresco, tras un tórrido día, a ver tranquilamente una o dos películas. la «gastronómica» de poder comer pipas, perritos calientes, un bocadillo, o beberte un mojito mientras ves una peli que, además, podría ser un clásico de los que nunca has visto en pantalla grande (cine en pantalla grande: SIEMPRE). la sentimental de que eran los planes que hacíamos con mi madre (pobre madre desesperada en un julio murciano, con dos niños calurosos) en la tardoniñez y la adolescencia, e incluso siendo ya mayor yo, en nuestras noches de chicas. no creo que se me pase nunca la pasión por ir al cine de verano, por malas que sean a veces las películas que me ponen. 

una de las cosas que eché de menos en esa cosa que nos pasó a todos durante dos años fue la ilógica de que los cines al aire libre no funcionasen. ¿qué sentido tenía? otra de las cosas que me chocan es que, en  Madrid, los cines de verano no son siempre al aire libre. una de las cosas que adoro en cualquier ciudad (europea) es que siempre hay un cine de verano, y es una de las cosas que procuro visitar. en Oxford, en el palacio de los Churchill; en Lisboa, en el barrio (es el de la foto); en Viena, en el Augarten... y este año, en Madrid, en Cibeles. es que, encima, no hay sitio malo para ver cine de verano.

y vosotros, ¿sois fans de estos cines? ¿los frecuentáis? ¿podéis recomendar alguno? soy toda oídos. 

(foto del cine de verano en el palacio de Bemposta, de Lisboa).

martes, 12 de julio de 2022

los Windsor


reina de todos. 

inmutable, impertérrita, imperturbable: frente a tragedias, escándalos y la vida familiar. siempre he tenido predilección por esta señora que ha pasado siete décadas en el trono, consciente de los rituales, de su imagen como reina, de su deber; y, sin embargo, con la coquetería de retocarse el carmín en cualquier lugar, y el humor de subirse, tiara y bolso en ristre, a un helicóptero con 007, o tomarse el té con el osito Paddington y sacarse un sándwich de mermelada del bolso (atención al momento en que acompaña a Queen con una cucharilla).  
o sea, que es una mujer para cualquier ocasión. 

vale que igual esto es llevar mis hedonismos un poco lejos, pero a veces los placeres son pequeñas cosas: un vídeo divertido, una taza de su Jubileo, el libro de su estilista, la famosa serie o la tranquilidad de que ella sigue siendo parte de este mundo cada vez más loco, cada vez más cambiante. 

en cualquier caso, hay que reconocer que, para una republicana, no deja de ser curioso estar de parte de que ella exista. bueno, ella y la dueña de uno de mis gestos favoritos. y, sí, he aprendido a vivir con mis contradicciones. ¯\_(ツ)_/¯

(foto).

martes, 5 de julio de 2022

comprar flores



inspiración efímera. 

hace una eternidad, una de mis lecturas mensuales favoritas era Vogue Business Deutschland, una revista para ejecutivas internacionales, en la que, aparte del horóscopo más especializado que he visto en mi vida, todas las protagonistas eran mujeres de nivelazo, los modelos que te presentaban servían lo mismo para la oficina que para una cena en el museo del Prado, y los consejos gastronómicos te los daban las grandes directivas del mundo. yo era secretaria entonces, pero esta revista me hacía sentir como las chicas de Armas de mujer

en fin, todo esta introducción para contaros que, en uno de los números, les preguntaban a un montón de mujeres de éxito {del de verdad, del de tener un trabajo estupendo, un sueldo de infarto, una vida de lujo y haber roto el techo de cristal} por sus inspiraciones. serían como veinte señoras y todas, sin excepción, contaban entre sus herramientas inspiradoras ramos de flores frescas en el despacho. 

en un mundo en crisis {de todo tipo, pero especialmente económica}, parece un despropósito gastar el dinero en algo que dura un suspiro, destinado sin remedio a perecer. y, sin embargo. desde humildes girasoles, claveles, margaritas, hasta lujosas peonías, y en todos los colores del arcoíris, las flores frescas deberían ser un derecho garantizado. porque hay que alimentar de belleza el alma para luchar contra el mal del mundo. y, aunque mi sueño es tener el jardín de Vanessa Bell, mientras sea una pobre empleada, tendré que ser clienta de floristerías o acércame a un parque, una rosaleda o la estufa de un jardín. 

¿y vosotros? ¿tenéis jardín? dadme envidia, por favor. 

(foto).

viernes, 1 de julio de 2022

julio


así pinta julio de 2022:

en la mesilla, otro libro de esta maravillosa mujer.

en la nuca, rosa y jazmín.

sobre los hombros, un velo de almendra.

bajo la falda, diría que calor si no sonase tan mal... 

en los labios, frambuesa.

en casa, peonías.

para dormir, apenas nada.

en el bolso, el abanico a todas horas. 

en la mente, Escocia.

en la calle, el verano.

en la mochila, un proyecto muy especial.

en todas partes, calor.

(foto).