de verdad os lo digo (y soy alérgica al pelo de los gatos, así que creedme): si hay quien, para consolarse de la vida, prefiere un cojín robotizado al tacto de un ser vivo, la humanidad se va al carajo. que sí, que sé que hay muchas otras razones para pensarlo, pero esto ha podido conmigo. la mar serena.
Es como el huevo frito envuelto en plástico en la sección de congelados (lo he visto). Hasta aquí hemos llegado.
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