parece ser que, mucho más barato y rápido que un viaje con estancia en una isla griega, aunque quizá no tan reconfortante, es cambiar tus contraseñas. dicen que hubo un director de una academia de idiomas que, para recuperarse de un doloroso divorcio, utilizó contraseñas como «Perd0nal@», «duermeT@ntesdelas12» y así, para curarse. sobre la base de esto, Paula Davis-Laack, experta en el llamado síndrome de «burnout», sugiere que los estresados deberían usar la misma técnica para crear un ambiente de trabajo mejor y optar por contraseñas creativas que alegren o inspiren. vista la cantidad de veces al día que tenemos que teclearlas, quizá la repetición merezca la pena y, si no otra cosa, nos haga sonreír. ¿qué tal, pues, algo como «soyl@MEJ0R» o «+GUAPAquelasP€set6s»? por probar…
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