--Pues claro --dijo--; conozco una medicina para todo: agua salada.
--¿Agua salada? --pregunté.
--Sí --dijo--, en la forma que sea: sudor, lágrimas o agua de mar.
«La inundación de Norderney»
Cuentos reunidos, Isak Dinesen (trad. Francisco Torres Oliver)
Alfaguara: 2011.
o, como dice la
canción: «el mar me cura la herida».
merece la pena recordarlo.
Qué bonito fragmento!! Y creo que hay mucho de verdad en ello...
ResponderEliminarBEsos.
Yo me loro mis heridas y me quedo tan a gusto.
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