sweet home alabama

«puedes sacar a la chica del local, pero no puedes sacar el local de la chica».
{línea de la película Sweet Home Alabama}.

o lo que es lo mismo: no importa lo lejos que te vayas, lo primero que meterás en la maleta serán tus problemas.
aunque también tu fuerza y tus agallas :o)



(foto encontrada aquí).

cosas que me harán feliz este verano

pasear por lugares así y probar el batido de mojito(!).

(imagen).

os deseo un fin de semana muy playero

un mar infinito intensamente azul, el sol en la piel, el sonido de las olas y la caricia de la brisa marina. una ensalada fresca, una copa de este vino bien frío y una raja de sandía. un vestido ligero, unas sandalias griegas, un sombrero de paja. eso es lo que deseo para este fin de semana, el último del mes.
un plan perfecto.

¡feliz fin de semana!

xo

(foto de Hayden Sylte, por Justin Swindle).

parece ser que el aroma de las rosas mejora el estado de ánimo de cualquier persona. dicen que, cuando te encuentras decaída, hay un viejo truco que consiste en vaporizar agua de rosas en un pañuelo de algodón y colocarlo debajo de la almohada para dormir sobre él durante dos noches. a los tres días, notarás más energía y una subida importante en tu autoestima. 

y, bueno, si no funciona, al menos habrás disfrutado de un agradable perfume. 

siempre que te guste, claro…

(foto encontrada aquí).

humanos de NY

Humans of New York es la página web de Brandon Stanton, que dedica su tiempo a fotografiar gente en Nueva York y a escribir historias sobre ellos. es una página adictiva, la verdad, pero las fotos que más me llaman la atención son, como me suele pasar, las de parejas que parecen llevar una vida juntos (aunque, ¿quién sabe?, quizá se acaban de conocer…).

si tuviese que escoger solo una, sería esta:

él no siempre baila. pero, cuando lo hace, es en público.

un día, quiero ser ella.

mientras tanto, seguiré entrenando en mis milongas :o)

repetir vestido

Una de las diferencias más llamativas entre una mujer estadounidense bien vestida y otra parisina es el tamaño de sus respectivos guardarropas. Probablemente la estadounidense se quedaría sorprendida de ver el número tan limitado de prendas que ocupan el armario de la francesa, pero también observaría que cada prenda es de excelente calidad, cara para los estándares de Estados Unidos, y perfectamente adaptada a la vida que lleva la francesa. Se los pone una y otra vez, y solo los descarta cuando están gastados o pasados de moda. Y considera un cumplido (y eso pretende ser) cuando su mejor amiga le dice: «Me alegro de que te hayas puesto tu vestido rojo, ¡siempre me ha encantado!».

Genevieve Antoine Dariaux, Muy chic 

trad. de Marta Pazos, Lumen (2005), pp. 44-45.

una reflexión interesante sobre la cantidad frente a la calidad en la que estoy trabajando… con más o menos éxito, pero mucho empeño :o)

(la imagen --que no, no tiene mucho que ver-- es la famosa instantánea de Faye Dunaway, fotografiada por su esposo Terry O'Neill, con la prensa del día después de ganar un Óscar, en el hotel Beverley Hills, el 29 de marzo de 1977).

cosas que me harán feliz este verano

lucir colores ácidos en las uñas de los pies.

os deseo un fin de semana alucinante

a ver si esta es la semana que he vuelto de verdad al blog. a ver.

por si acaso, os diré que voy a dedicar mi fin de semana a descansar, reunir energías y buscar inspiración. lo prometo.

y, si hay suerte, el lunes podréis leer más :o)

en cualquier caso, ¡disfrutad de vuestro fin de semana!

xo

(foto de una maravillosa piscina, que me gustaría poder decir que es mía).

limoncello

una receta que merece la pena probar;
si no por otra cosa, porque hay quien la explica así:

total, que pones las cortezas de 15 limones en una botella de vodka y las dejas macerar 30 días. pasado ese tiempo, haces un jarabe calentando 2 tacitas de azúcar con 5 tacitas de agua, lo viertes en la mezcla anterior y añades otra botella de vodka. esperas otros 30 días. lo embotellas aparte (sin peladuras ni heces) y lo metes en el congelador, antes de disfrutarlo…
a ser posible en buena compañía. 

¡salud!

(y, sí, no os engañáis: 

esta entrada está absolutamente inspirada por esta de Miss Marple).

destrozando fantasías infantiles

vaya por delante que soy una gran admiradora de los cuentos clásicos en su versión Disney más edulcorada, pero me he reído mucho con estos carteles de películas que llaman las cosas por su nombre; porque ¿qué es, si no un Síndrome de Estocolmo como una casa, lo que tiene la pobre Bella?

divertido: Hamlet con animales :o)

las brujas son unas envidiosas y punto. así es. ¡qué disparate de gente!

aunque el mejor cartel de todos, el mejor, es el siguiente:

príncipes, absténganse.

no he visto la película; pero, si el cartel original no me convenció, puedo deciros que este ha conseguido que me arrepienta.

más carteles realistas, aquí. ¡disfrútenlos, chicocos!

verdades universales

--Pues claro --dijo--; conozco una medicina para todo: agua salada.
--¿Agua salada? --pregunté.
--Sí --dijo--, en la forma que sea: sudor, lágrimas o agua de mar.

«La inundación de Norderney»
Cuentos reunidos, Isak Dinesen (trad. Francisco Torres Oliver)
Alfaguara: 2011.

o, como dice la canción: «el mar me cura la herida».
merece la pena recordarlo.

cosas que me harán feliz este verano

el helado. siempre. este año he decidido probar el de avellana de todas las heladerías que pueda y decidir un favorito. difícil competición.

(foto encontrada aquí y recortada).

cafés olímpicos

queridos todos:

habréis notado que ando algo perdida, pero es que estoy ocupadísima con trabajo, estudios y persiguiendo un estado de relajación zen que requiere toda mi atención. pero asomo la cabecita para hablaros del sitio curioso en el que me tomo mis cafés esta semana.

se trata de La Patisserie, un lugar que uno no imaginaría en el medio de un pueblecito que parece no tener nada que ofrecer, cuya dueña hace unos pasteles divinos, y (esto sí es absolutamente fantástico) donde me sirve los cafés toda una olímpica. para que veáis lo que son las cosas…

sigo aquí disfrutando de mi tacita de hoy.

volveré pronto, lo prometo.

xo