Páginas

jueves, 9 de febrero de 2012

home is where the heart is


después de vivir en Inglaterra, los doblajes me sonaban raros. mis ojos se peleaban con mis oídos: algo no cuadraba.
cuando volví de Alemania, mi frustración se resumía en no poder tomarme un café a mi gusto. tampoco podía disfrutar de un brunch fuera de casa el domingo. me enfadaba.
pasé un tiempo en Lisboa y, al volver, echaba de menos sus bares, sus tiendas, su gente. de Irlanda, los pubs y comer en ellos. me aburría.
mucha gente no me entendía. sigue sin entenderme al cabo de los años. «si aquí tienes de todo», dicen. «como en España no se vive en ningún sitio». «¡qué rara que eres!». pues resulta que no, que no soy rara. y hasta hay un síndrome médico que recoge los síntomas. señores, soy completamente normal: lean aquí lo bien explicado que está.
lo bueno es que hay esperanza. el dvd e internet me permiten ver versiones originales. encuentro siempre dónde tomar un café que me guste. compro en línea. pienso en lo difícil que es tomarse un buen vino en un pub y disfruto de la gente que me quiere allí donde esté. lo del brunch sigue siendo un imposible, pero no pierdo las esperanzas. y, además, tengo muchos hogares, porque tengo la suerte de haber dejado amigos en muchos sitios.
¡me voy a almorzar! que eso sí es muy español y no se puede hacer por ahí.

(imagen: Turning Japanese, 2009, de Matthew Cusick).

8 comentarios:

  1. Tu vida suena interesante, espero que guardes un diario de viaje, porque sería muy jugoso leerte. No eres ni suenas turista y eso es justamente lo interesante.
    Probaste con Asia/ América? Creo que podrías encontrar un poco de todo, somos copia multicultural y me gustaría leer tus agudas oibservaciones al respecto de la vida en USA, Brasil, Argentina, India o Japón. Yo he viajado un cuarto de lo que has viajado vos y me he sentido a gusto en lugares recónditos y sapo de otro pozo en lugares muy conocidos. Será el síndrome de la "gata flora"?

    ResponderEliminar
  2. Ayyy, a mí también me pasa! somos normales!! echo de menos todo lo que aprendí y viví en otros sitios, y luego me cuesta adpatarme. Pero como dices, es que el hogar está donde está el corazón... y así no se puede! jeje.

    Besos y corro tammbién a por mi almuerzo español, jeje.

    ResponderEliminar
  3. ¡Ya me gustaria a mi haber viajado tanto como tú! Y el brunch tiene solución: móntalo en tu casa. ¡Si lo haces me invitas!

    ¡Besitos!
    milowcost

    ResponderEliminar
  4. Q viva el mundo entero!! Claro q si!! Gracias a Dios cada dia el mundo es mas global, no?......

    ResponderEliminar
  5. Hola!

    Claro que sí!.Hay que ser, ciudadanO del mundo.Al fín y alcabo ,las raices nunca se olvidan o se pierden...

    -Yo estoy dividida en cuatro culturas diferentes y ninguna me molesta.-Es...tener claro a cual de ellas quieres adoptar...?

    Saludos.

    ResponderEliminar
  6. No te imaginas lo comprendida que me siento leyendo tus palabras. Me pongo mala cada vez que oigo cosas del tipo "como aquí no se vive en ningún sitio", "la comida de aquí es la mejor del mundo", etc. Y son cosas que he oído, invariablemente, en todos los sitios en los que he vivido. Así que me voy a leer lo de ese síndrome médico, a ver si hago las paces conmigo misma y con el mundo.

    ResponderEliminar
  7. Me ha encantado esta entrada! Me siento tan identificada, jejeComo dices, sobre todo con el tema del brunch. Aquí en Madrid sí que hay varios, pero a unos precios desorbitados... Recuerdo los buffet de Berlín por 10 €!
    Voy a leer ya lo del síndrome :)

    ResponderEliminar