adoro la idea de tener un perfume característico. mi madre, por ejemplo, es fiel a Miss Dior; tengo una amiga que no lleva otra cosa que J'adore; otra huele a Ralph Lauren... yo llevo buscando años ese aroma que convertir en mi firma olfativa, pero no hay manera. lo peor de probar docenas de perfumes es que me llevo muchas desilusiones: últimamente, todos huelen muy parecido y se evaporan tan rápido que, una hora después de haberlos puesto sobre la piel, apenas son un vago recuerdo.
pero, como no cejo en mi empeño, he vuelto a uno de mis perfumes preferidos. uno que he utilizado de vez en cuando, pero con el que nunca me había llegado a sentir yo, a pesar de lo mucho que me gustaba:
Opium, de Yves Saint Laurent.
siempre escandaloso --desde su creación en 1977--, especiado, oriental, captura los sentidos hasta el punto del cosquilleo. sus anuncios se basan en el concepto de la seducción, no solo del otro sexo, sino del propio perfume. y el frasco se inspira en los
inrō japoneses, en los que se guardaban medicinas. dicen que incluso es sedante, debido al clavo que contiene. de hecho, la concentración de especias es tan alta que se podría considerar medicinal.
sus notas:
salida: clavo, pimienta y naranja
corazón: clavel, azahar, jazmín, rosa e ylang ylang
fondo: opopónaco, mirra, pachuli, benjuí y vainilla
desde luego, tiene todos los componentes para serle fiel. y quizá esta vez lo consiga. será la edad, pero, por fin, me siento realmente bien con él.
y, vosotros, ¿tenéis un perfume al que siempre volvéis?
(anuncio y descripción de Opium encontrados en
smelly blog).